DESDE EL ALMA

Wednesday, April 30, 2008

01 de mayo de 1886.- Día Internacional del Trabajo

SE CELEBRA A SAN JOSE OBRERO

Sobre las relaciones actuales de trabajo y las prestaciones de los trabajadores.

INVESTIGA:
En la Constitución las normas que rigen las relaciones de trabajo.


SABÍAS QUE…
Los obreros de Chicago, sujetos a una exagerada explotación,
iniciaron en 1886 un movimiento que tenía por objeto obtener una reducción en la jornada de trabajo.
La reducción de las jornadas de trabajo traerían por consecuencia evitar el desgaste físico de los trabajadores y dar oportunidad a los desempleados de obtener un trabajo remunerado en las fábricas.
El Congreso de Sindicatos y sociedades obreras de Estados Unidos de Norteamérica, celebrado en Chicago, determinó iniciar una huelga general el 01 de mayo, si la parte patronal no aceptaba la jornada laboral de 8 horas.
Este movimiento obrero contaba sólo en la ciudad de Chicago con 110,000 obreros dispuestos a lanzarse a la huelga.
Al movimiento de Chicago se sumaron los obreros de las fábricas McCornick, quienes además de ser explotados, eran reprimidos constantemente por la policía.
El Congreso de la Segunda Internacional celebrado en París en 1889, retomó, a nivel mundial, la lucha por los derechos de los trabajadores, entre los que se contaban la jornada laboral de 8 horas.
En este mismo Congreso se instituyó el 01 de mayo, como el día internacional del trabajo en el que se rinde homenaje a los obreros asesinados que encabezaron la huelga en Chicago.
Alberto R. Parsons, Jorge Engel, Samuel Fielden y Adolfo Fisher, son algunos de los obreros asesinados en Chicago e históricamente se les recuerda como
"Los mártires de Chicago.
El movimiento obrero en México, también fue reprimido en Cananea y Río Blanco.
La Constitución de 1917, en su título sexto, art. 123, norma las relaciones de trabajo y la previsión social.
En México, el día del trabajo se comenzó a conmemorar a partir del 1º de mayo de 1923
El primero de mayo es día obligatorio de descanso de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo.
Generalmente, los obreros mexicanos desfilan los 1º de mayo, por las principales calles de la ciudad de México, concentrándose en el zócalo, portando mantas y pancartas en las que hacen evidentes sus demandas laborales.

Tuesday, April 15, 2008

SINTERGETICA EN EL MUNDO

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Friday, April 11, 2008

El Festival de Wesak

Marcelo Tirado Correa

Es el Festival del Budha,


el intermediario espiritual entre el centro espiritual supremo Shamballa y la Jerarquía.
El Budha es la expresión de la Sabiduría de Dios, la Encarnación de la Luz y el representante del Plan Divino.
Este Festival será fijado anualmente con relación a la luna llena de Mayo.
Es el Gran Festival de Oriente.

Plenilunio de Tauro - 20 de Abril - 10:26 a.m. GMT.


Segundo luna llena de Tauro

Plenilunio de Tauro - 19 de Mayo- 02:12 a.m. GMT.

Este año tenemos un hecho insólito de contar con dos plenilunios en el signo de Tauro.

Por lo tanto, estamos celebrando el Festival de Wesak en el primer plenilunio de Tauro, un mes después de la Pascua, y el segundo plenilunio de Tauro como una oportunidad para reenfocar las energías y cualidades del Festival de Wesak, aumentando la afluencia de la luz y de las fuerzas de la Iluminación, hacia la completa liberación de energía del Cristo en el Festival de Géminis.



1. El pulgar es el más cercano a ti. Así que empieza orando por quienes están más cerca de ti. Son las personas más fáciles de recordar. Orar por nuestros seres queridos es una "dulce obligación".
2. El siguiente dedo es el índice. Ora por quienes enseñan, instruyen y sanan. Esto incluye a los maestros,profesores, médicos y sacerdotes. Ellos necesitan apoyo y sabiduría para indicar la dirección correcta a los demás. Tenlos siempre presentes en tus oraciones.
3. El siguiente dedo es el más alto. Nos recuerda a nuestros líderes. Ora por el presidente, los congresistas, los empresarios, y los gerentes. Estas personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública. Necesitan la guía de Dios.
4. El cuarto dedo es nuestro dedo anular.Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo puede decir cualquier profesor de piano. Debe recordarnos orar por los más débiles, con muchos problemas o postrados por las enfermedades. Necesitan tus oraciones de día y de noche. Nunca será demasiado lo que ores por ellos. También debe invitarnos a orar por los matrimonios.
5. Y por último está nuestro dedo meñique, el más pequeño de todos los dedos.Que es como debemos vernos ante Dios y los demás. Como dice la Biblia, "los últimos serán los primeros". Tu meñique debe recordarte orar por ti. Cuando ya hayas orado por los otros cuatro grupos, verás tus propias necesidades en la perspectiva correcta, y podrás orar mejor por las tuyas.

SINTERGETICA EN EL MUNDO









Inicio de Formación 2008 en México:
Introducción General a la Sintergética:

El Espiritu de la Síntesis en la Práctica Clínica

Módulo 1 / Nivel I Mayo 16 - 17 – 18, 2008

Impartido por Dr. Claudio Mendez Brieres

Thursday, April 10, 2008

HOMENAJE A PEDRO CASALDÁLIGA 1

Pedro es uno de los grandes místicos modernos que une la contemplación con el compromiso.
1.- CONVERSACIÓN SOBRE PEDRO
El testimonio de Pedro arranca desde el comienzo ESTA conversación con Pedro no es de ahora.
Son pocos, que yo sepa, los que han tenido el privilegio de convivir por unos años con Pedro. Y, sin embargo, Pedro es conocido por muchos, bien porque lo han visitado, lo han leído y escuchado, bien porque han recibido el testimonio de su persona.
Nosotros, y digo nosotros por referencia a esta su comunidad “enclave” de Madrid, estamos entre los que lo hemos visitado, lo hemos leído y lo hemos escuchado.
Pero hay algo más. Pedro era para la juventud claretiana, ya antes de marcharse para el Brasil, un destello especial, una figura atrayente, que simbolizaba la rebeldía propia de la juventud, acompañada de una vibración hacia todo lo nuevo y que buscaba en directo transformaciones audaces de la sociedad y de la Iglesia.
Varias eran las notas que le distinguían ante tanto lastre del tradicional mundo religioso: su apertura esperanzada a los cambios del mundo, su compromiso con la justicia y los más marginados, su sensibilidad poética para dialogar sobre todos los problemas de la cultura.
Enganchaba y arrastraba.
Le poseía una intuición certera, que sobrepasaba el tamiz del cálculo y de la inteligencia.
Sus senderos eran los del corazón y de la mística y, cómo no, su raro don de compaginar la impaciencia revolucionaria con las trabas del irritante perfeccionismo leguleyo.
Él andaba en esa dialéctica, que le haría sufrir, pero no hasta el extremo de inmovilizarlo en enajenada y pasiva quietud conventual.
Y digo esto consciente de no haber encontrado nadie que, como él, haya hecho de la oración lugar suyo natural para la meditación y reforzamiento del compromiso evangélico.
Este hombre se ha encontrado a sí mismo unido de tal manera a Dios que es desde ahí, pienso, de donde ha sacado esa extraña sabiduría y amor que le ha caracterizado y que ha puesto en cada momento al servicio de los demás con desacostumbrada libertad.
La autenticidad de una persona se percibe y es motivo de admiración para cercanos y lejanos. Y a nadie deja indiferente.
Esa autenticidad –y no el monto del saber– es lo que produce encantamiento y credibilidad. Esa credibilidad de Pedro había entrado en nosotros.
Serían unos años más tarde cuando, por razón de especiales circunstancias, nuestra cercanía y comunión con Pedro aumentaría.
Ya él y su Iglesia –su estilo evangelizador– repercutían en uno y otro lugar, sus palabras daban en el clavo, eran santo y seña de una nueva manera de ser cristiano y reclamaban nuestro reconocimiento y nuestro incondicional apoyo. Y nos convertimos, a miles de kilómetros, con cartas, entrevistas, circulares, revistas, libros, radiotelevisión y otros menajes en vehículo y resonancia de un modo de anunciar el Evangelio válido para el mundo de hoy.
Pedro no comenzó a ser Casaldáliga en Brasil.
No hay más que rastrear un poco en su vida para descubrir las semillas de su futuro.
Del 1952, en que es ordenado sacerdote con 24 años, hasta el 68, transcurren 16 años en que su vocación misionera se estaba acrecentando intensamente.
Fue al regreso de unos Cursillos de Cristiandad dados en Guinea, cuando, según escribe,“siente furiosa la realidad y la llamada del Tercer Mundo.
“Traía para siempre en mi corazón, confusamente, como un feto, África, el Tercer Mundo,los Pobres de la Tierra y esa nueva Iglesia –la Iglesia de los Pobres– que diríamos más tarde, a partir del Concilio”.
¿Natural o circunstancial la opción de Pedro?
Lo de Pedro venía de lejos, muy de antes.
Uno encuentra natural que, ya en el Mato Grosso, en uno de aquellos primeros entierros colectivos, cuando los sepultados eran cuatro niñitos, hijos de prostitutas, dijera a su compañero Manuel Luzón : “O nos vamos de aquí inmediatamente, o nos suicidamos o hallamos una solución para todo esto”. ¿Era esto natural o efecto de unas circunstancias?
Yo pienso que más natural que circunstancial, porque todos llevamos dentro la indignación contra la injusticia.
Pero no basta.
Pues otros, antes de Pedro y después de él, han visto la misma realidad inhumana y no se han convulsionado.
No me resulta tan desconcertante, como algunos creen, el cambio que puede darse en la vida de una persona o el contraste de ella con la de otras.
Estoy convencido de que la lealtad, la libertad y la profecía no se improvisan. Cada uno da lo que es.
Los chascos, cobardías o incoherencias de las personas no son fruto del azar, están anidando en el interior.
Sostengo esto porque hay seguramente quien piensa que el radicalismo de Pedro se lo ha dado la situación, una situación extrema de injusticia.
Yo pienso que no.
La vida de Pedro muestra que en todo su proceso hay un río secreto que la recorre, que la nutre e impulsa en una misma dirección.
Ese río es interior, propio, y avanzará de una forma u otra, más bravo o más sosegado, dependiendo de la orografía del cauce, de las circunstancias, según se empeñen o no en acallarlo o en desviarlo de su meta.
¿Cuál es, pues, el secreto, la fuerza, si es que la hay, de esa permanente apuesta de Pedro por el débil?
Siempre he pensado que para ser libre e innovador en lo grande hay que serlo en lo pequeño.
Al ser consagrado obispo, Pedro manifestó su creativa libertad.
No le bastaba con seguir al pie de la letra un ritual, sino que buscó traducir en él sus más profundos sentimientos y convicciones, y dejó a un lado la forma estereotipada de aquel rito que no podía expresar lo que él llevaba dentro, su manera de ser y sentirse obispo.
Cosa secundaria, cierto, pero muy significativa, porque si no se es libre ni creativo para cambiar una ceremonia,
¿cómo se puede ser en cosas más importantes? Pedro cuenta que una vez, navegando por el río das Mortes, tuvo que atender a un hombre moribundo.
La comunidad le pidió que celebrara una misa. No había pan ni vino. No traía nada para decir misa: “Yo venía más preocupado por atender al hombre. Allí había una pequeña taberna.
Cogí unas galletas y celebré la misa.
Me pareció que era una buena misa.
El pueblo me pedía misa y yo era sacerdote, la Pascua de Cristo bien se puede celebrar con vino de las viñas de Italia, o de las de Cataluña, pero si no había vino, ¿por qué no se podía celebrar con alcohol de caña de azúcar?”.
Otra vez excomulgó a dos haciendas porque tenían pistoleros que mataban a los peones, les cortaban las orejas y las llevaban a la hacienda para demostrar su muerte:
“Tras enterrar a uno de esos peones asesinados, cogí un puñado de tierra de su sepulcro, lo puse sobre el altar y excomulgué a esas haciendas.
Pero fue un acto contra las haciendas, no contra las personas”.
En cierta ocasión, ante la reiterada opresión de muchos latifundistas, muchos de ellos “muy cristianos”, decidió evitar toda ambigüedad, nada de eucaristía en sus capillas, ningún gesto de saludo: “El Evangelio es para los ricos, pero contra su riqueza, sus privilegios, su posibilidad de explotar, dominar y excluir. Si cada semana voy a la casa de un rico y no pasa nada, no digo nada, no sacudo aquella casa, no sacudo aquella conciencia, ya me he vendido y he negado mi opción por los pobres”. ¿Efecto todo esto de las circunstancias?Muchos han vivido idénticas circunstancias y, sin embargo, no hubo protesta, ni denuncia ni excomunión. Y así, por mucho tiempo, quizás por siglos.¿Dónde está, pues, el secreto? 2. CONVERSACIÓN CON PEDRO CASALDÁLIGA No es habitual el testimonio episcopal de Casaldáliga. Otros seguramente han recibido la misma formación que él y se han encontrado en las mismas circunstancias. Y las posiciones subjetivas siguieron sin alterarse y las situaciones de inhumanidad estancadas o aceptadas. Quedan importantes interrogantes por contestar.
¿Qué hace que una misma situación ante diversas personas cause tan diversas reacciones?
¿Por qué la miseria a unos los subleva y a otros los deja tranquilos?
¿Por qué una misma situación de injusticia hace que unos obispos se inhiban y se pongan de parte del poder y otros actúen y lo denuncien hasta el martirio? Esta es una cuestión que se relaciona con lo más íntimo de la personalidad.
Y muestra, de primeras, que algo importante tiene que haber en la raíz de esa extraña discrepancia.
Precisamente en este punto quiero que la conversación con Pedro adquiera un nuevo giro: que sea él quien, con palabras directas, nos explique esta especie de misterio.
En el principio eran los pobres Quizás el itinerario que lleva a Pedro a situar el centro de su vida en los pobres parezca complicado, pero no.
Basta con formular este criterio: el respeto a la realidad es la aplicación obligada de la acción de todo hombre.
Pero, para un creyente, tras esa realidad subyace una voluntad divina que la origina y sustenta.
Habría, pues, una identificación entre el respeto a la voluntad divina y la realidad que de ella procede.
Si esta realidad se refiere al ser humano, entendemos enseguida que el respeto abarca todo lo que ese ser significa y desecha todo lo que, de una u otra manera, hiere esa dignidad.
La persona humana es imagen y semejanza de Dios y, en buena lógica, el respeto u ofensa de la persona es respeto u ofensa de Dios. Ahora bien, a mayor degradación y ofensa más indignación y mayor compromiso.
La cuestión, entonces, se remite a averiguar en quién ese grado de ofensa es mayor, acompañada de una consecuente acción de restauración.
En esa síntesis de contemplación indignada y compromiso consecuente veo yo la clave de la vida de Pedro.
Y es que a la restauración de esa dignidad oprimida dedica él toda su vida, su opción determinante: la opción por los pobres.
–Pedro, ¿desde cuándo tuviste claro que tu vida iba a estar centrada en laliberación de los pobres?
–Yo siempre quise ir a las Misiones, pero fue con ocasión de la visita al seminario de Solsona de monseñor Fogued, Prefecto Apostólico de China, que hice “la” opción por “las Misiones”, tercamente sostenida hasta mi llegada a este Mato Grosso.
Mi decisión última fue en el 1967, en el Capítulo de Renovación Claretiano. Había llegado mi hora.
El testimonio laico del Che Guevara, muerto por entonces, era una nueva llamada desde América.
Dudé entre Bolivia y Brasil, pero al final, con la ayuda de mi superior general,
P. Schweiger, elegí Brasil.
El 26 de enero de 1968 trocaba los 11 grados bajo cero de Madrid por los 38 grados sobre cero en Río de Janeiro.
Era un salto en el vacío del otro mundo.
Había conseguido, por fin, lo que tanto había soñado y pedido y buscado: un clima heroico para vivir heroicamente.
Por cuatro meses en un Centro de Formación Intercultural (CENFI) vivimos un estado excepcional de revisión, de crítica, de enorme y acuciante evolución. Llegar al Mato Grosso sin pasar por el CENFI hubiera sido una zambullida fatal. –Y enseguida, a las pocas semanas de llegar, tú dejaste escrito:
“Estos son–a pesar de todo lo que se pueda decir en contrario– los pobres del Evangelio”.
–Llegamos el 26 de julio.
Un viaje sin retorno.
Se imponía una revisión total de criterios y de programas.
¿Qué pedía el pueblo?
¿Qué podíamos hacer nosotros?
Debíamos enfrentar el problema del analfabetismo, de la salud, de la tierra, de un inmenso abandono secular.
En el 70 firmé mi primer informe-denuncia, que recogía, en letanía trágica, los casos en carne viva de peones engañados, controlados a pistola, golpeados o heridos o muertos, cercados en la floresta, en pleno desamparo de la ley, sin derecho ninguno, sin humana salida.
Hasta el nuncio me pidió que no lo publicase en el extranjero y uno de los mayores terratenientes me advirtió que no debía meterme en esos asuntos.
Pero era hora de aplicar nuestra opción: no podíamos celebrar la eucaristía a la sombra de los señores, no podíamos aceptar signos externos de su amistad. Hora de opción, que violentaba mi propio temperamento, mis ganas naturales de estar a bien con todos, la vieja norma pastoral de “no apagar la mecha que aún humea”.
–Todo por defensa de los pobres.
–Me estás tocando la niña de mis ojos.
A mí siempre se me ha quebrado el corazón viendo la pobreza de cerca.
Me he llevado bien con la gente excluida, quizás porque siempre he tenido una cierta afinidad con el margen, con los marginales.
Quizás por una especie de espíritu compasivo, o por una especie de vena poética.
Quizás sea una cuestión de sensibilidad, porque soy incapaz de presenciar un sufrimiento sin reaccionar.
Por otra parte, yo nunca me he olvidado que nací en una familia pobre.
Yo me siento mal en un ambiente burgués.
Siempre me pregunté que si puedo vivir con tres camisas por qué voy a necesitar tener diez en el armario.
Los pobres de mi prelatura viven con dos, de quita y pon.
Estoy doblemente convencido de que no se puede tener una sensibilidad revolucionaria y profética ni se puede ser libre sin ser pobre.
La libertad está muy unida a la pobreza.
No se es verdaderamente libre con mucha riqueza.
Siendo pobre me siento más libre de todo y para todo.
Mi lema fue: ser libre para ser pobre y ser pobre para poder ser libre.
Lo dejé bien escrito en aquellos mis versos de POBREZA EVANGÉLICA No tener nada.
No llevar nada.
No poder nada.
No pedir nada. y, de pasada, no matar nada; no callar nada.
Solamente el Evangelio, como una faca afilada, y el llanto y la risa en la mirada.
y la mano extendida y apretada.y la vida, a acaballo, dad.
Y este sol y estos ríos y esta tierra comprada ,para testigos de la Revolución ya estallada.
¡Y “mais nada”! Después vino la Iglesia
–Al XVI Congreso de Teología, en Madrid, hiciste llegar tus palabras de que la herejía suprema era la de la macroidolatría del mercado total.
Y que el pecado de la Iglesia podía estar en no reaccionar ante la exclusión por el neoliberalismo de la mayoría de la humanidad.
–Esa es la otra muerte de Dios en tantas vidas humanas muertas, prohibidas. Me espanta oír y ver a tantos sectores de la Iglesia, teólogos también, cayendo en la tentación de pasarse a otros paradigmas, porque ya están cansados de hablar y de oír hablar de la opción por los pobres, de la justicia y de la liberación y porque este mundo (aquí San Pablo se pondría furioso) pide ahora que todo sea light, la teología también, la espiritualidad más connivente, una especie de fe del bienestar.
–Tan adentro llevas esta opción por los pobres que, si no recuerdo mal, en tu visita al Papa
–que luego publicaste– le recordaste que no la estábamos cumpliendo debidamente.
–A Juan Pablo II le hablé con mucho cariño, pero con mucha libertad, ejerciendo el derecho de mi corresponsabilidad eclesial y de mi colegialidad apostólica.
Le dije: En el campo social, no podemos decir con mucha verdad que hayamos hecho la opción por los pobres.
En un primer lugar, porque no compartimos en nuestras vidas y en nuestras instituciones la pobreza real que ellos experimentan.
Y, en segundo lugar, porque no actuamos, frente a “la riqueza de la iniquidad”, con aquella libertad y firmeza adoptadas por el Señor.
La opción por los pobres, que no excluirá nunca a las personas de los ricos –ya que la salvación es ofrecida a todos y a todos se debe el ministerio de la Iglesia–, sí excluye el modo de vida de los ricos, “insulto a la miseria de los pobres”, y su sistema de acumulación y privilegio, que necesariamente expolia y margina a la inmensa mayoría de la familia humana, a pueblos y continentes enteros.
–Tu radicalidad en este punto te ha llevado a decir que hoy uno no puede ser cristiano sin ser pobre o aliado de los pobres.
–Lo he dicho a propósito de unas palabras de Karl Rahner que escribía:en el siglo XXI un cristiano o será místico o no será cristiano.
Que conste que considero a Rahner como el mayor teólogo del siglo XX.
Sin embargo, yo creo, con la más estremecida convicción evangélica, que hoy, ya en el siglo XXI, un cristiano o cristiana o es pobre y/o aliado o aliada visceralmente, aliado o aliada de los pobres, enrolado en la causa de los oprimidos o no es cristiano, no es cristiana.
Ninguna de las notas famosas de la Iglesia se mantiene en pie si la Iglesia olvida esta nota fundamental, la más evangélica de todas: la opción por los pobres. –Profundamente relacionado con esto está el tema de la teología de la liberación. Algunos jamás lo han digerido, son los menos peligrosos.
Otros argumentan que, como moda pasajera y unida al socialismo, ha visto su fin: puro fracaso.
Otros, en cambio, no la condenan ni la tachan del escenario cristiano pero creen que ha llegado el momento de reducirla a su dimensión exacta: una teología más, localista o regional, de inconsistente fundamento y de escasa proyección universal.
Es decir, que de la teología de la liberación apenas si queda nada.
–Estoy harto de oír la pregunta:
¿Qué queda de la teología de la liberación?
Me la han preguntado por activa y pasiva, compañeros, obispos, periodistas.
Yo un poco así a la española les he respondido: quedan Dios y los hombres; pues mientras existan el Dios de Jesús, el Dios de David y los pobres de Dios y mientras exista alguien que piense a la luz de ese Dios y se sensibilice delante de Jesús, habrá teología de la liberación.
La teología de la liberación no se inventó en América Latina, viene de mucho más atrás.
Isaías ya nos habló de la liberación.
La teología de la liberación ha sido más de los pies caminantes del pueblo que de las cabezas pensantes de los teólogos.
Y ha sido más de la sangre derramada de nuestros mártires, del llanto derramado de nuestros pueblos, de los clamores que Dios siempre escucha. Nació en América Latina porque cuando el teólogo pensaba se encontró con un clima de opresión y también de liberación.
Vivimos momentos de cansancio.
Parece, como dice Galeano, que la utopía es un caballo cansado del que hay que apearse.
El caballo se cansó.
Si el Evangelio es liberar, la teología de la liberación es práctica liberadora, y para ser práctica liberadora tiene que ser estructural y, si estructural, tiene que ser política.
Sería horrible que dejáramos la política a merced de los teólogos del neoliberalismo.
Y que no sigan nombrando, por vergüenza al menos, las barbaridades –calumnias auténticas– que colgaron a la teología de la liberación y sus teólogos. Nosotros: teólogos de la liberación, obispos que los acompañamos e Iglesias que se benefician de su doctrina, no hemos optado por Marx sino por el Dios y el Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su Reino y por sus pobres.
Nuestro Dios quiere la liberación de toda esclavitud, de todo pecado y de la muerte.
Analizar la trágica situación de los dos tercios de la humanidad, señalarla como enteramente contraria a la voluntad de Dios y asumir compromisos prácticos para transformar esa situación son pasos obligados de la teología de la liberación.
A los enemigos del pueblo es a los que no gusta la teología de la liberación. ¡Celebrarían tanto que los cristianos pensasen sólo en el Cielo... despreciando la Tierra! Cuando nosotros queremos ganar el Cielo, conquistando la Tierra. Hijos libres de Dios padre y hermanos verdaderos.
–¿Roma ha cambiado su valoración sobre la teología de la liberación?
–Cuando no se vive con los pobres es difícil cambiar. Y ocurre que cuando se vive entre los pobres –lo escribía yo hace unos años– no hay modo de entender los deslices, mayores, de nuestro querido cardenal Ratzinger condenando la teología de la liberación.
Despacito, en Roma también van entendiendo.
Para bien del Evangelio de Jesús.
Para mayor alivio de sus pobres.
Más al fondo de todo esto –y se lo decía a mis amigos en mi último viaje a Cuba–, lo esencial de la Iglesia son las personas.
Y descentralizarse.
Y aproximarse desinteresadamente a todas las inquietudes, desconciertos, sufrimientos y esperanzas de la humanidad. La Iglesia católica ha pecado por plantear la pérfida dicotomía Iglesia-Mundo, esta dicotomía orden naturalorden sobrenatural.
Hay un solo Dios, una sola creación, una sola humanidad. Los cristianos no podemos apoderarnos del término ecuménico.
La oikumene sería mayor que nosotros: la humanidad entera.
La eclesiología tradicional ha presentado a la Iglesia como una sociedad perfecta y no como la quería Jesús: luz, fermento y sal en la civilización, en la vida.
Tampoco la Iglesia debe sentirse como una especie de fin en sí.
Teóricamente nunca lo dijimos, pero prácticamente sí.
Pedro, un místico desconcertante Pedro es uno de los grandes místicos modernos que une la contemplación con el compromiso.
Exiliado del mundo de la civilización, enclavado en el sertao, a miles de kilómetros, sin haber vuelto nunca a España, rotas como quien dice las amarras con un mundo sin el que nosotros no sabemos vivir, este hombre alimenta una vida interior profunda de poeta y contemplativo y, sin embargo, este hombre tiene unas antenas más que cibernéticas, que le permiten divisar y seguir lúcidamente el rumbo del mundo.
Su mirada viene encendida en las brasas del proyecto original, único que despierta sueños y esperanzas de futuro, donde seguramente más tarde que temprano habrán de converger personas, pueblos y continentes.
Una mirada que restalla profética en el vaivén desmadrado de sueños imperialistas, siempre inhumanos y retrógrados.
El testimonio de Pedro nos habla de cómo no es posible anestesiarse en el silencio de la soledad y encasillarse en una espiritualidad enajenante, al margen de los problemas y esperanzas de los hombres.
Nos encontramos, sin duda, ante un cristiano singular, de ejemplaridad extraordinaria, que ha disuelto la dicotomía establecida entre Reino de Dios e historia del mundo y salvación personal.
Quiero incidir ahora en el polo opuesto de los pobres, en aquel que, inmisericordemente, en una y otra parte, ayer y hoy, es causa de los mismos: el sistema capitalista.
Casaldáliga vuelve una y otra sobre el tema, lo estigmatiza con un fuerza que raras veces se ha visto en el lenguaje eclesiástico.
La realidad establecida es lo que es: o sirve al hombre o está contra él.
Ese establecimiento puede actuar como agente humanizante o deshumanizante. Si lo segundo, habremos de desenmascararlo como ídolo perturbador.
Quizás esté ahí la clave que debiera revolucionarnos a todos, porque lo que no se puede es ser persona cristiana y andarse flirteando con el encantamiento de falsos dioses.
Ciertamente, Pedro no es neutral y muestra con ira sagrada su denuncia profética.
Hemos llegado a un momento donde la trama entre lo individual y social se ha saldado de tal manera que parece no dejar resquicio para alumbrar y rescatar la original individualidad.
Benjamin Forcano

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SINTERGETICA COLOMBIA
RED DEL ALMA

Monday, April 07, 2008

¿MEDICINAS ALTERNATIVAS?

La cara de la ciencia cambia.
El cuento de una ciencia oficial es un invento de las nuevas inquisiciones.
Hoy ya no podríamos hablar con propiedad de una ciencia o una medicina oficial.
Muchas prestigiosas universidades del mundo tienen departamentos de medicinas alternativas, y centros para la investigación de la interacción mente-cuerpo.
En muchos países los ministerios de salud tienen oficinas para las prácticas alternativas.
En un mundo cada vez más dirigido por la diosa razón como podríamos explicar el fenómeno universal de un florecer de medicinas y terapéuticas alternativas, suaves, dulces, toda esa inmensa corriente de lo que hoy se llama medicina complementaria?
Sería un signo de locura colectiva muy grande el que ya casi un cincuenta por ciento de la humanidad recurra a aquellos que para la ciencia son bichos raros sin ningún argumento científico.
En esa óptica serían víctimas ignorantes o desquiciadas, todos los americanos que en el solo año de 1997 invirtieron en todas esas cosas no científicamente reconocidas alrededor de veintisiete mil millones de dólares- no subvencionados por un sistema de seguridad social.
Decenas de millones de dólares se invierten hoy para investigación de las prácticas alternativas desde la oficina para las medicinas complementarias y alternativas -CAM- adscrita a los institutos nacionales de la salud. (NIH)Ginseng, Ginkgo biloba, medicinas manuales, oligoelementos, acupuntura, yoga, meditación y hasta oración.
¿ Cómo puede ser posible, se dicen algunas mentes escandalizadas, semejante proliferación?
Pero ya las excomuniones no alcanzan para frenar la expansión.
En el mismo París curanderos y radiestesistas a pesar de decenios de esfuerzos del colegio médico para lograr su extinción son también hoy una legión.
En Alemania, los Heilpraktiker son la versión moderna de los médicos descalzos. En el corazón de la Universidad de Viena, el instituto Ludwig Boltzmann para la acupuntura tiene su sede en la policlínica de la misma universidad de Viena.
En decenas de universidades americanas se enseña oficialmente el toque terapéutico, que a más de su teoría propia no es en su práctica diferente de la antigua imposición de manos.
En varias universidades americanas se investigan oficialmente los efectos de la conciencia. Stuart Hameroff y Roger Penrose lanzan desde la medicina y la física una propuesta seria sobre un sustrato para un modelo cuántico de la conciencia en el nivel de los microtúbulos neuronales.
Los Julios Verne de nuestra época están en los laboratorios.
En el Instituto Heart Math se investiga sobre la tasa de variabilidad de la frecuencia cardíaca y estados de conciencia tan extraños a la ciencia mecanicista como el amor impersonal.
En un ya clásico experimento; The copper wall project, Elmer Green de la fundación Menninger pudo registrar patrones de descarga sobre el cuerpo de sujetos sometidos al toque terapéutico sin contacto físico.
En miles de estudios con todo el rigor científico se exploraron los efectos que sanadores entrenados pueden ejercer sobre cultivos bacterianos, cultivos de hongos, actividad enzimática, cultivos celulares, cicatrización de heridas.
Cada vez son más contundentes, y obviamente debatidos, los estudios que sobre el efecto a distancia de la oración se han realizado siguiendo todas las normas del método científico. La memoria del agua continúa siendo un interrogante muy grande para las mentes abiertas como las de todo genuino científico.
El problema ya no es el de discutir si las medicinas complementarias funcionan. El quid es el de saber cómo lo hacen.
Miles de años pasaron para que pudiéramos conocer algunos de los mecanismos de acción de la acupuntura.
Sin embargo millones de seres humanos se siguieron beneficiando entre tanto. Si con la sola aspirina pasaron cien años usándola para comprender su modo de acción y aún hoy estamos descubriendo nuevas indicaciones,
¿cuál es el prurito de conocerlo todo a la luz de la ciencia para que podamos decidir si sirve o no?.
Es bien peculiar que mientras en otros territorios de la vida vamos resolviendo los antiguos fundamentalismos, la ciencia pretenda ocupar el lugar y ser el patrón de medida de toda actividad humana.
La medicina es mucho más arte que ciencia y como arte tiene miles de años pues como ciencia es apenas una recién nacida.
Además de su vigencia científica, las cosas tienen vigencia práctica, social, económica, cultural.
Si la sola vigencia posible fuera de la ciencia entonces no podrían existir las culturas. La ciencia que es un modelo de realidad y uno de tantos códigos de lectura para ver el mundo no puede usurpar el monopolio de la verdad; también son ciertos los sueños, y nuestros sentimientos, aunque sean tan difíciles de explorar, también hacen parte de la realidad.
El sol nos calienta aunque no entendamos de la física de la fusión.
La oración o la homeopatía trabajan a pesar de todas las excomuniones.
¿ Será un asunto de sugestión?
No se me pasa por la cabeza un veterinario sugestionando una vaca, o un investigador que logra echarle el cuento a las células de su cultivo para que se comporten distinto bajo el influjo del sanador.
Es demasiado simplista echar la culpa de todo esto al placebo.
Si somos realmente serios tendremos que cambiar nuestra actitud y no botar, como alguien dijo, el agua sucia de la bañera con el niño adentro.
Hay algo precioso en todo esto, al lado de toda la superstición y la magia trasnochada, existen cosas de tal valor que bien vale la pena que entre todos echemos una nueva mirada.
No se trata de negar la ciencia, ni de hacer borrón y cuenta nueva; se trata de reconocer que hoy es más necesaria que nunca expandir las fronteras de nuestra visón del mundo.
La cara de la ciencia cambia.
El cuento de una ciencia oficial es un invento de las nuevas inquisiciones.
Hoy ya no podríamos hablar con propiedad de una ciencia o una medicina oficial.
Muchas prestigiosas universidades del mundo tienen departamentos de medicinas alternativas, y centros para la investigación de la interacción mente-cuerpo.
En muchos países los ministerios de salud tienen oficinas para las prácticas alternativas.
No es infrecuente encontrar hoy que durante la cirugía cardíaca el cirujano recibe ayudas de las llamadas alternativas para regular la energía.
Los laboratorios de la farmacopea occidental no quitan el ojo ni los intereses de la botánica más tradicional.
Ellos son los mayores beneficiarios de la etnomedicina, pues saben de la enorme correspondencia entre el uso tradicional de las plantas y la presencia de principios farmacológicamente activos.
Cuando se mira la ciencia de vanguardia, en el mismísimo frente de onda de la investigación científica nos encontramos exploraciones que parecen propuestas por practicantes complementarias: el efecto de los campos electromagnéticos sobre la vida, la conciencia, las medicinas alternativas.
En Harvard se habla hoy ya sin rubor de epidemiología de la religión, al descubrir que el pronóstico de las enfermedades crónicas no es ajeno al sistema de creencias.
La ciencia, la que no se compra ni se vende, la ciencia que no es un simple instrumento de la inquisición, tendrá que ver con cosas como honestidad y transparencia.
Descubrirá que los valores humanos mueven toda una farmacopea interna. Sabrá que, como el cerebro, el hígado, el bazo y el timo con todo el sistema inmune se ponen tristes.
Comprenderá que el sistema inmune también aprende y que de todas las variables de la vida, la de las actitudes es fundamental para explicarnos salud y enfermedad.
La ciencia descubrirá también en la vida el principio de incertidumbre y aceptará las limitaciones para aplicar leyes generales a un hombre cuya característica esencial es su irrepetibilidad, su inalienable unicidad.
Unicos, irrepetibles, totales. Interdependientes.
Los hombres serán mucho más que fósiles moleculares y la medicina será una ciencia para la humanidad, ni sólo arte oriental, ni sólo ciencia occidental; blanda y dura, con cuerpo y alma no separados ni separables, la nueva medicina será el arte de rescatar la ciencia de nuestra indisociable integridad.
Jorge Carvajal Posada

Friday, April 04, 2008

Apenas naciendo a nuestra propia humanidad hoy, hijos de las artes, las ciencias

y las filosofías, absortos en una conciencia que por primera vez en la historia intenta como humanidad mirarse a si misma, henos aquí, frente a la ética y la bioquímica.
Frente a nuestra más densa materialidad y nuestra más absoluta incertidumbre.
Y nos llamamos médicos. ¿Médicos o terapéutas quiénes? ¿ Y de quiénes?
Apenas naciendo a nuestra propia humanidad hoy, hijos de las artes, las ciencias y las filosofías, absortos en una conciencia que por primera vez en la historia intenta como humanidad mirarse a si misma, henos aquí, frente a la ética y la bioquímica.
Frente a nuestra más densa materialidad y nuestra más absoluta incertidumbre.
Y nos llamamos médicos.
¿Médicos o terapéutas quiénes?
¿ Y de quiénes?
¿Dónde esta nuestra humanidad?
¿Dónde los sujetos de todo este movimiento y todos estos predicados que llamamos terapéuticas?
¿Es acaso la nuestra la misma humanidad de los ratones de los que hemos derivado la mayoría de nuestras investigaciones del comportamiento?
¿No existe ya acaso un abismo impredecible entre nosotros y el hombre de Neardenthal?
La emergente ciencia, la relatividad, la cuántica, sinfonías completas en el cerebro de Mozart, milagros repetidos, las experiencias próximas a la muerte, interacciones a distancia, la no localidad de la conciencia, son demasiados fenómenos emergentes para quedarnos anclados en la biología molecular.
O asumimos el riesgo de mirar nuestra propia integridad o permanecemos congelados en la paleomedicina de un cuerpo sin sujeto.
¿Quién habita en nuestro cuerpo?
¿Quiénes éramos al fin de cuentas detrás de los mil yoes que luchan en el escenario de nuestro cuerpo?
¿Cuántos libretos, cuántos dramas y comedias tratando de decirnos que detrás de cada rol se escondía un significado?
Y en el trasfondo significativo de todos los pequeños yoes un Yo mayor, el aprendiz.
El sujeto.
No una mera consecuencia del cuerpo y las moléculas.
No un patrón de organización repetitivo.
Un sujeto único. Vivo.
Predecible en su cuerpo y en su fisiología.
Impredecible en el poema irrepetible de la vida.
En el territorio de una permanente síntesis, rescatar el alma viva del sentir es quizás hoy la alternativa.
Sentir el flujo de la vida detrás de la mirada y la palabra.
Sentir que las moléculas son pulsaciones de la consciencia, y los síntomas señales codificadas de un mensaje que sólo un sujeto puede develar.
Sentir que todo tenía sentido en el concierto de la integridad del ser.
Mirar en el espejo del cuerpo la sombra de la consciencia.
Mirar en el espejo de la conciencia nuestra propia consciencia reflejda y descubrir detrás de cada rol, el actor, el hombre o la mujer en esa búsqueda constante del amor.
Conquistar el territorio sensible de la consciencia en la que los sujetos de nuevo se descubren desde su esencial humanidad.
Entonces podremos cantar juntos desde el corazón:
Gracias a la vida, que me ha dado tanto... para comprender que hasta el dolor que temíamos era una lección plena de significado.
Jorge Carvajal Posada

EL SENDERO DE LAS PREGUNTASSi como profesionales de la salud no queremos ser consumidos en la demanda

Es necesario cuestionarse si lo que damos a nuestros pacientes son meros somníferos, hipnóticos y anestésicos para que el dolor no cumpla la función biológica que podría cumplir. Que todas tus preguntas amigo terapéuta puedan conducir a quien tu pretendes ayudar a una pregunta esencial. ¿Cómo puedo yo participar en la solución de mis conflictos de salud?
Siéntese. Qué siente? Qué tiene? Por qué viene? Què le duele? En qué puedo servirle? Tantos caminos y respuestas y terapéuticas posibles ya programados en las preguntas, que el arte de saber preguntar es tan importante como tus actitudes terapéuticas. Podrías, más que preguntarle Qué?, Cómo?, Cúando?, Dónde?, formular preguntas abiertas, sorpresivas, cuya respuesta verbal es lo de menos, porque la puedes leer en la actitud, en la expresión facial, en la mirada. Son las menos discretas de las preguntas porque siempre son indiscretas, es decir que no se refieren al intelecto.
De pronto le digo a alguien:¿Y tu mamá? Y el ceño se frunce, o se aprietan las mandíbulas o se encharcan los ojos. Entonces siento mucho más de ese paciente que con todos los interrogatorios elaborados. No conozco por ejemplo pregunta más indiscreta y reveladora, que decirle al paciente súbitamente, como quien no quiere la cosa ¿Eres feliz? Ya se que alguien dirá que es una pregunta sin sentido, pues dependerá de cada contexto personal y cultural el significado de la felicidad. Pero lo significativo de esta pregunta es precisamente que no tiene sentido, y más allá del sentido y los sentidos penetra en ese lugar de la consciencia donde nacen preguntas como: ¿en verdad me he sentido algún instante feliz? y ¿me he preocupado por ser feliz? ¿y, vale la pena vivir? O, ¿es posible la felicidad para mi? ¿tengo derecho a ser feliz? Mil preguntas se atropellan en el inconciente, se revelan en los ojos, en el rictus de amargura, en el movimiento nervioso de los dedos, o quizá por fin en la palabra.
No nos importe el si o el no. Pero escuchemos la música del lenguaje. Un siiii... prolongado es un no!!! sostenido. Si la sonrisa amplia y sincera se esboza, ya podrás saber que a quien tienes frente a ti es un maestro de la vida, aunque no sea un sicólogo y su diagnóstico médico sea el de cáncer. Tal vez esté más sano que tu y puedas aprender con él una lección de integridad- la que siempre será una lección de salud.
Sus sueños? Pregunto- ¿Mis sueños? es frecuente la respuesta... si...sus sueños, el sueño de la vida, las pesadillas, lo que se le ocurra...entonces los ojos buscan hacia arriba y uno adivina de proyectos y realizaciones en la vida. De vacíos y nostalgias. De renuncias, tantas cosas se agolpan en la riqueza del lenguaje no verbal, que yo diría que lo importante es formularse la pregunta correcta para que nazcan otras preguntas, cuya respuesta no podrá tener más que un valor ricamente personalizado.
Son ellos, los pacientes, quienes deben responderse desde sus propias preguntas, las que nacen de la pregunta de un terapéuta que siente, no lo que el paciente pide sino lo que realmente necesita. Si no queremos ser consumidos en la demanda es necesario cuestionarse si lo que damos son meros somníferos, hipnóticos y anestésicos para que el dolor no cumpla la función biológica que podría cumplir. Que todas tus preguntas amigo terapéuta puedan conducir a quien tu pretendes ayudar a una pregunta esencial. ¿Cómo puedo yo participar en la solución de mis conflictos de salud? Eso incluye un sinnúmero de respuestas, otras preguntas que podrían ejemplificarse como sigue:¿y en que forma he contribuido yo mismo a la aparición de esta enfermedad? ¿Qué lección me trae este dolor? ¿Qué es lo que aún no he aprendido?, o la más confrontadora de todas las preguntas, aquella que puede representar el motor de un auténtico cambio de actitud: ¿Qúe he estado haciendo con mi vida?...
Con las correspondientes respuestas que siempre son otras preguntas bien confrontadoras, porque despiertan la conciencia de si: ¿vivo para trabajar, o trabajo para vivir? ¿busco el placer de vivir o consagro la vida al placer? y así de pronto alguien puede descubrir por el sendero de las preguntas que ha confundido los medios con los fines, que ha invertido el sentido de las prioridades, que su riqueza material se ha construido a costa de su pobreza emocional, y que tal vez ha luchado por todas las cosas mientras simultáneamente perdía el sentido de vivir.
La formulación de la pregunta correcta es de importancia crucial en la calidad de nuestra vida. Hace muchos años la medicina se preguntó si el fumar podía aliviar el estrés. La respuesta fué positiva y los mismos médicos se convirtieron en grandes fumadores. Veinte años después nos dimos cuenta que el cigarrillo mata y que la pregunta correcta era ¿es nocivo el trabajo para la vida? Siempre la pregunta crucial se refiere a la vida. Una cosa puede dar más placer pero dañar nuestra integridad y nuestra salud. Que tus preguntas se refieran a la vida implica que la vida se involucra en un sentir total que tiene mucho más de lo que lograría una simple pregunta intelectual. El ¿cuándo lo operaron? es así mucho menos importante que el ¿cómo se sintió? Toda la historia muerta de sucesos pasados cobra vigencia presente en lo que han sido los significados para cada quien. No importan tanto los sucesos como sus significados, ni importa tanto lo que digas como lo que el paciente sienta. En ese código total del sentir para vivir, lo importante es cómo los haces sentir. Y si ese sentir es suficiente para despertar y rescatar la conciencia de sí, la del verdadero médico interior, estás, tú terapeuta, aliado con el mejor sanador del mundo: el mismo paciente.
Las preguntas abiertas que generan otras preguntas interiores y lo cuestionan sobre su vida lo despiertan al sendero de su propia integridad. Esas preguntas no se han escrito, son hijas del momento, se inventan para cada quién, porque la genuina terapéutica es un arte de continua creación. Pero puedes mirar que siempre se refieren a revelar la complementariedad de los opuestos, a la oportunidad de la síntesis y la armonía interior. ¿Me acepto como soy o siempre pretendo ser mejor? ¿Compito o soy mi propia competencia? ¿Mis actitudes responden a la pregunta que espero yo de la vida? ¿ o a la pregunta que espera la vida de mi? ¿me pregunto si una cosa me da mayor placer o si me da más integridad? ¿Voy en dirección de mi propia corriente o me fatigo luchando contra mi naturaleza? ¿ Me siento enfermo? ¿Estoy enfermo? ¿Soy enfermo? ¿Cuánto de culpabilidad o desamor hay en mi enfermedad? ¿Convierto los sentimientos en resentimientos? ¿Me convierto en víctima de otras víctimas o puedo concluir en mi esa cadena perpetua?
Las preguntas amigo terapéuta son el camino, y el sendero de las preguntas es aquel donde muchas otras preguntas son las respuestas. Así crece la conciencia porque el sendero de la salud no es un sendero de metas, es el proceso de ver en cada respuesta una nueva pregunta que conduce a la búsqueda del sentido. Y en la vida vivir es el sentido, un continuo misterio que lleva a ese constante asombro de interrogar el universo en sí mismo.


Jorge Carvajal Posada