DESDE EL ALMA

Thursday, October 19, 2006

DESDE LA CARAVANA


Saludo al pueblo Mapuche desde la caravana de sanación

Chile sur en primavera.

Tierra del arco iris, abrazo de sol y agua que despierta en el alma de la caravana el antiguo rumor de amor del hombre por esta patria de la dignidad y la esperanza.
En nuestra sangre americana te reconocemos hermano Mapuche y, de corazón, todos saludamos tu gesta libertaria.
Saludamos la medicina de las machis que aún refleja el alma de la cultura en la magia ritual de las plantas sagradas. Saludamos, hermano Arauco, también a tus hermanos: el lago, la araucaria, el coigüe y el canelo, el puma, el cóndor y el volcán nevado.
Pero, por sobre todo, hoy queremos rendir tributo a la semilla de tu sangre, vertida con amor en esta patria del dolor, que aún grita en el clamor de todos por una tierra de hermandad y de justicia.

Que, como caudales de nieve derretida, el agua abundante de la gran cadena de la vida sea pura como el aire de Araucanía.
Para que la tierra sea tierra, y agua el agua. Y nuestra humanidad sea más humana.
Las enseñanzas de una machi en Villarrica
Con su vestido multicolor y sus facies de milenaria dignidad estaba allí también con todos, la machi.

No entendimos sus palabras en Mapuche pero comprendimos su gratitud amorosa.
No desciframos su cosmovisión sencilla y profunda, pero comprendimos en sus collares de plata y sus cintas de arcoiris, la belleza sencilla de quien sabe que vive en un mundo de energías vivas. No alcanzamos a vislumbrar la armonía de su arte milenario pero nos regaló en su mirada y su sonrisa el torrente de amor de su mundo cotidiano.
La caravana es un canto a la esperanza
El niño abandonado, la mujer violada, el prisionero, el cáncer, la enfermedad degenerativa, el dolor humano…..

En los ojos se reflejan las chispas del amor y el dolor se diluye con las lágrimas.
Las manos se saludan, vuelan, sanan, aman….la caravana es un canto a la esperanza.

Renace la sonrisa, la comprensión, la aceptación humilde.
Surge el perdón como un bálsamo de amor y el abrazo como una comunión.
Las manos oran, danzan, irradian el amor del alma.
No se podría alcanzar jamás la misma elocuencia en la palabra.
Nunca se podría encontrar una medicina más prodigiosa que la de las manos, cuando por ellas fluye el alma.
El sol del Sur brilló generoso en Pucón.

Ardió en las termas y se reflejó en un atardecer dorado en los nevados.
La bandera del arco iris se izó de nuevo esta tarde en el cielo como símbolo de esa nueva tierra sin fronteras.
Allí donde el agua la tierra y el cielo se unen, parece surgir el horizonte de un campo de conciencia en que el pensar, el sentir y el actuar no están disociados.
La tierra es como el cuerpo, el agua es como nuestro campo emocional y el cielo es como la mente.
El sol en su cenit ilumina por igual los cuatro puntos cardinales y en el centro del amor servimos. Vivimos. Somos.

Ni a la izquierda, ni a la derecha, ni al norte, ni al Sur.
En el centro centro, sin juicios ni prejuicios, sin los abismos del separatismo que nos llevaron a tomar partido por los unos en contra de los otros. Ahora nuestro único partido es el de la tierra toda. Nuestro auténtico motivo es la humanidad. Lenta avanza la caravana del alma.
De pueblo en pueblo, de dolor en dolor, sembrando por doquier semillas del amor.

No fueron suficientes las noches de insomnio, ni el frío, ni el viento inclemente para que se detuviera la corriente de solidaridad.
En esa corriente del dar nuestra mano iba de las manos del médico, de la machi, del campesino, y en cada ser humano sentimos al hermano y al amigo.
En un océano de paz se ha disuelto la ya desgastada identidad y en el Servir, esa nota clave del auténtico vivir, descubrimos la nota clave de nuestras culturas ancestrales que parecen al fin germinar en esta primavera.

Jorge carvajal Posada - Colombia

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