SALUDOS DESDE BARCELONA Juan Pablo Uribe Aubel

Queridos amigos y querida familia: Afuera el frío hiela la tarde y masas de nubes constantes acompañan a los tardíos transeúntes. Barcelona se viste de fiesta en víspera de abrazos y yo les recuerdo desde la ventana de mi propia alma que los acude en cada paso del camino. Hace un año ya que partió el viajero a recorrer nuevas fronteras. Mucho a pasado queridos amigos, miel y amargo, como la vida misma, claroscuro como el que hay que aprender a amar y todo queda en lo mismo: puentes. Eso es lo que somos puentes entre océanos de indiferencia, entre lagos secos de individualismo, puentes entre almas recónditas, entre mares subterráneos de amor.
Ya no somos los mismos, miro atrás y la Navidad pasada rebota en mi mente y no hace más que mirarme más profunda. Cuánto pasó en el año sin siquiera imaginar los eventos que hemos vivido. Yo los vivo, ustedes me viven, y es que este escrito que mando a los vientos retorna con el perfume de la familia que nunca dejé.
Cierro mis ojos y los veo, abrazo cada uno de lo que son, sin más, los reconecto a la red de lo que somos, una Conciencia. Mis aventuras son las vuestras, mis éxitos son los tuyos, mis ojos transmiten las imágenes de todo un año de vivencias insospechadas. Y en este día tan especial las envuelvo en fino papel y se las regalo para que perfumen el árbol de luz que habrá en sus casas esta noche.
Hoy cuando el cuerpo extraña el calor navideño de mi tierra, y mis brazos cosquillean por abrazarlos, les envío un saludo desde lo profundo de este hogar que me acoge, de esta sangre que me sustenta, de estas manos que los estrechan.
Uno a uno los recorre mi memoria como si los vieran mis ojos viajeros, uno a uno les agradezco por ser mis maestros. En estos días de revuelta crisis, que crezca más aún este agradecimiento para que algún día todos veamos en el cielo estos puentes que nos unen en una solo entramado. Somos ese pino navideño, la misma raíz nutre nuestros sueños, las ramas son nuestros diferentes senderos. Que cada uno encuentre su flor inexistente y su perfume esencial. Que logre sus frutos para este nuevo año y siembre sus semillas en buen alero.
Un gran abrazo con sabor a turrón y mediterráneo.
Juan Pablo