DESDE EL ALMA

Wednesday, April 25, 2007

Carta abierta a los monitores y formadores en Sintergética







Como un proceso en permanente remodelación, la sintergética es más un modo de pensar y pensarse en el mundo que una ciencia o técnica tradicional.
Su pedagogía no es la misma de la educación convencional y su pretensión no es la de reemplazar las instancias que ya existen en el campo de las medicinas alternativas.
Como su propuesta es de síntesis, lo que aparentemente son grandes volúmenes de información sólo constituyen esa misma información concebida extensiva y cuantitativamente en otras disciplinas, ahora en la perspectiva de su profundidad, significado e integración.
Esta propuesta lleva a la unificación de aquello que habíamos separado para tratar de entender, integrándolo en una nueva unidad cuya misma esencia es la diversidad.
Las consecuencias de esta nueva visión y praxis terapéutica son entonces evidentes:

1- En el manejo de la información. Lo que importa no es la cantidad de la información sino la cualidad integradora de los comunes denominadores de diferentes disciplinas. En la óptica tradicional tal esfuerzo se hace incomprensible si lo vemos con los antiguos ojos de la lógica lineal y secuencial. Es necesario introducirnos en la dinámica sistémica de las analogías y los isomorfismos; se nos hace también indispensable el viaje del intelecto a la intuición, para que los ojos de los sentidos y el de la razón se complementen con la visión de la unidad, que es indivisible, completa y total.

2- En la metodología de la enseñanza. Una inmersión total en un gran volumen y densidad de información, como quien se sumerge en un paisaje y lo disfruta sin necesidad de sufrir al separar cada uno de sus componentes. Más que los componentes individuales nos interesa la posibilidad de comprender cauces comunes, formas de hilar, anudar, tejer e integrar para restaurar la unidad en términos de conciencia. Es normal que, por nuestros condicionamientos, e, método genere resistencia, pues en algún momentos todos tenemos nostalgia de los antiguas formas de enseñar, que nos llevan de la mano hacia la dependencia, entregándonos rumiado, elaborado, masticado y procesado lo que no hemos sabido pensar, o lo que nuestra lógica entiende pero nuestro corazón no es capaz de integrar. Entender dista con mucho de comprender. Implicarse es mucho más importante a la larga que explicarse. Aplicar desde la explicación que no nos compromete ni nos implica es sólo la práctica de una ciencia sin conciencia.

En un solo módulo de sintergética se da una versión sintética y comprensiva de cosmovisiones y prácticas terapéuticas que normalmente implican años de estudio. Esto supone, más que el empleo de la memoria el implicarse en la comprensión y una disciplina de autoformación pues la enseñanza en si es el 10% de nuestro proceso de aprendizaje. En la sintergética lo importante es el sujeto, el aprendiz, y el paciente mismo, que es en verdad el alma del proceso.
Si como médicos fuéramos a estudiar secuencialmente la medicina hasta hoy, de seguro invertiríamos cien años, al cabo de los cuales probablemente ya tendríamos otros mil para desatrasarnos de los avances. No nos queda otra alternativa que mirar de otro modo los muchos modos posibles de mirar el mundo para integrarlos en una visión total, que nos facilite el tránsito desde los especializado, pasando por lo interdisciplinario, a lo transdisciplinario. El desafío de tener en nuestra formación al médico superespecialista, al lado de la terapeuta floral o el practicante de Reiki y unirlos a los tres con el artista, el economista y el místico en una nueva cultura de la salud, ha sido lo más enriquecedor de este proceso, en el que juntos nos embarcamos en la construcción de una nueva cultura de la salud, que no puede emerger más que de una nueva cultura de relaciones humanas.

3- De la práctica.

Lo más importante en el proceso de nacimiento de la Sintergética no ha sido, sin embargo, ni una nueva visión, ni una metodología, que de seguro tendrán que ir creciendo con todos nosotros en la media que el proceso mismo se expanda. Lo más importante en todas partes, han sido los resultados obtenidos por aquellos sintergéticos que, implicándose, se han aplicado a una práctica responsable. Esto es cierto en todos los países en los que tenemos formación. La diferencia entre unos y otros la establece una práctica clínica, en la que realmente el conocimiento es reconocido in- vivo y comprendido. Encarnado.
Nuestra actitud en este sentido es pragmática. Nos interesan los resultados, bajar costos económicos, biológicos y sociales. Mejorar el nivel de satisfacción de todos. Y a fe que se ha logrado pues los resultados clínicos contundentes hacen que tanto la vida como la práctica de los terapeutas comprometidos en el proceso haya cambiado, como la vida de muchos pacientes y sus familias. Poco a poco, los resultados empiezan a cambiar la manera de pensar de médicos y pacientes. En un futuro, sin lugar a dudas, este cambio en la dirección de humanización de los sistemas de salud se hará extensivo a familias, culturas e instituciones. Si la aplicación de estos métodos en muchas países conduce a los mismos resultados estamos hablando de una genuina ciencia, una ciencia que incluye el sujeto y la conciencia. Pensemos sólo en una de esas sesiones de sanación que en tantos países y ciudades florecen los días los Jueves. Es la apoteosis de la integración: Moléculas, centros de energía, puntos de acupuntura, neurociencia, psicología reichiana o transpersonal, física cuántica, ayurveda, humanidad. Amor. Servicio. Amor. Es la alquimia de la humanidad de hoy. ¿Podríamos enseñarla como se ha enseñado anatomía, bioquímica o filosofía? No. Sólo habría una manera de comprenderlo: Siéndolo. Compartiéndolo. Viviéndolo. Eso es Sintergética.

Jorge Carvajal P.

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