DESDE EL ALMA

Monday, August 20, 2007

800 GRAMOS


No se trata de un paquete más de coca. No son gramos de muerte, no es otra historia de descarrilamiento.

Muy por el contrario, estas líneas son el homenaje conmovido, a 800 gramos que condensan en su seno los dos pilares esenciales de nuestra humanidad: el valor de amar a cualquier coste la vida, y la capacidad de cuidarla con entrega y sabiduría.

Una historia de vida más allá de probabilidades y estadísticas; una historia de superación más allá de protocolos científicos, un testimonio vivo del efecto curativo del amor

¿Puede un diminuto ser, de menos dos meses, ser un ejemplo para toda una sociedad? Sí. Puede.

Pau nació en un hospital público de la ciudad de Palma de Mallorca, Son Dureta, el 25 de Junio, con 7 meses de gestación y un peso de 800 gramos.

La cesárea que le trajo al mundo, no pretendía sino salvar la vida a su madre; nada más. Contra todo pronóstico sobrevivió al primer día. En el segundo, la inmadurez de sus pulmones, hacía pensar al equipo que era cuestión de horas. La incubadora, los tubos para respirar, para el suero, para la zonda, impedían todo contacto. ¿Hay algo más necesario para un recién nacido que el contacto?

La madre no le podía visitar.

Libraba su propia lucha.

Sólo, porque ausencia de madre es soledad, bajó hasta 720 gramos imposibles.

Sostuvo la vida.

El pediatra comprendió y actuó con sabiduría.

Visitó a la madre, le expresó que aún no siendo ella su paciente, ella era parte esencial de trabajo con su paciente.

Ella baja a verlo.

El primer encuentro se da, es una simple caricia a su minúsculo bracito. El milagro del amor, se revela una vez más.

Él empieza a respirar.

El equipo entero se conmueve, se comienza a oir decir que es un campeón, la mirada de todos adquiere un halo de esperanza. La esperanza nutre su vida.

Los días pasan, lentamente, la muerte pronta deja de ser la idea dominante, los cambios se suceden, la esperanza deja de ser tímida; se retira la respiración artificial, se comienza con el método canguro. Próximo al cuerpo de su madre durante tres maravillosas horas al día, Pau definitivamente gana la batalla.

Un equipo médico que supo combinar ciencia con consciencia, que comprendió que el amor era la mejor medicina, realizó lo imposible. Nos queda preguntarnos si en presencia del amor, no hay imposibles ¿no será el amor la esencia de la vida?


Isabella Di Carlo

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