DESDE EL ALMA

Thursday, May 08, 2008

DE TU ESENCIA MADRE

Que hoy, el día de la madre, sea en verdad el día de la madre, y así lo sean todos los días… que todo dolor por la violencia que marca la ausencia de lo materno en nuestra humanidad desconcertada, perdida, competitiva, codiciosa… nos duela. Que cada dolor por todas y cada una de las muertes fuera de tiempo, por cada sobredosis, por todo atentado y cada guerra, sacudan nuestro despertar. ¿Qué día es el día de la madre? ¿Quién la madre? ¿Quiénes los hijos?

Cuando es madre la que tiene hijos, su día es toda jornada de entrega, renuncia, ternura, ofrenda… su día es cada jornada de caricia, toda alegría sencilla, la felicidad misma de amar en el otro nuestra propia vida y no distinguir ya una vida de otra vida.
Cuando es madre la que tiene hijos, lo femenino revela su virtud.

Es fértil, nutre, cuida, siente, sueña, embellece… y siembra de corazón el futuro.

¿Y cuando falta ella?

¿Y cuando la nota, es su ausencia?

¿Y cuando la que debe dar, cuidar, proteger, es quein hiere, quien no escucha, quien niega al ser y la luz del día?

¿Qué sucede cuando ella no tiene abierto el corazón?

¿Qué es de los hijos cuando vienen a la más temprana orfandad?
Que perpetuamos el dolor, que repetimos los errores generación tras generación, que las huellas del resentimiento, la dependencia y la violencia, se siguen sembrando como ecos de sí mismas y queda oscuro, famélico, vacío, cerrado el corazón…

Y ambos caminos muestran la misma lección… su presencia y su ausencia, cantan su trascendencia con la misma fuerza.
Escuchemos. ¡Aprendamos!

Si escuchamos escucharemos tanto el dolor como el amor, y si ambos caben en nuestro pecho… seremos.

Que hoy, el día de la madre, sea en verdad el día de la madre, y así lo sean todos los días… que todo dolor por la violencia que marca la ausencia de lo materno en nuestra humanidad desconcertada, perdida, competitiva, codiciosa… nos duela.

Que cada dolor por todas y cada una de las muertes fuera de tiempo, por cada sobredosis, por todo atentado y cada guerra, sacudan nuestro despertar.
Que esa sacudida abra de par en par los corazones y seamos madres todos, amando la vida, cuidando a la tierra, sembrando la paz.

Que todos los días sean días para la fertilidad femenina de dejarse fecundar por el espíritu.Que los valores comunes a todas las religiones y tradiciones, la justicia, el amor, la entrega, el perdón, la solidaridad, la valentía, el compromiso, la paz…. encuentren tierra fértil en nosotros, y germinen, y florezacan, y semillen sembrando el mundo de verdad.

Madres somos todos, si nuestra vida siembra vida.
Si no somos madres, no somos.

Isabella Di Carlo

http://www.davida-red.org/

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